Se impuso por 69-65 a Lanús en el Sur y liquidó la serie final por 4-0. El equipo correntino ya había ganado esta temporada el Súper 8 y la Liga Sudamericana.

Saltan, gritan, cantan, desatan la euforia de una victoria que quedará en lo más alto. Los jugadores de la camiseta blanca y celeste se juntan para unirse en un abrazo que parece eterno. Cómo no van a estar contentos, si llevaron a Regatas a ser campeón de la Liga Nacional por primera vez en la historia. Ahí están Paolo Quinteros y Federico Kammerichs, los pilares de la experiencia, festejando como nunca; también acompañan Javier Martínez y Nicolás Romano, la conducción y el sexto hombre de oro; y ahí aparece Nicolás Casalánguida, el joven entrenador que supo transmitir con claridad su mensaje, desbordante de alegría. Ahí están todos ellos.
El triunfo por 69 a 65 frente a Lanús, otra vez como visitante, le permitió al Remero barrer la serie por 4-0, para hacer su sueño realidad y sumar el tercer título de la temporada, luego de conquistar el Súper 8 y la Liga Sudamericana.

En el arranque se mostró mejor Lanús, lastimando con las conversiones de Boccia y Mc Farlan. Regatas reaccionó a través de la conducción de Martínez y a partir de allí, el juego se tornó parejo. Como contrapartida, Lanús no tuvo un buen trabajo defensivo en esa zona y Calderón (metió 7 al hilo) y Kammerichs siguieron anotando. En tanto, apareció Laprovíttola en ataque para darle la igualdad en 16 al granate, pero un par de errores de su rival le permitieron a Regatas cerrar mejor el primer cuarto.

En el segundo capítulo, Regatas se soltó más en ataque para llegar a sacar 9 de distancia (23-32), con el aporte de Meyinsse desde la línea de libres, los rompimientos de Kammerichs y un bombazo desde el perímetro de Martínez, ante un Lanús sin rumbo. A pesar de la arremetida del local, Regatas no se desesperó y tuvo el temple para irse al descanso largo 8 puntos arriba (28-36), siempre ante ese puñado de aproximadamente 250 hinchas que acompañaron a su equipo y que no pararon de cantar.
Una luz de esperanza se abrió para Lanús en el tercer cuarto. Otra vez gracias a los bombazos de Schattmann. El conjunto de Silvio Santander armó un parcial de 11-3 para pasar al frente por 44-43. Pero Regatas se serenó y pagó con la misma moneda, con una ráfaga de 7-0 (44-50). En este juego de rachas, Lanús entabló una más con un triple de Laprovíttola para terminar el segmento sólo 2 abajo (48-50) y soñar con la posibilidad de estirar la historia.

En el último cuarto, los hinchas visitantes despidieron con una enorme ovación a Kammerichs. El Yacaré luchó en el poste bajo, agarró uno y mil rebotes y sacó el doble y la falta (55-52), para cerrar una gran actuación (15 puntos y 13 rebotes). Ese grupo también deliró cuando Quinteros metió un doble imposible (56-61). Sobre el final, Lanús tuvo dos chances de empatar pero falló, penando por una flojísima noche desde la línea de libres. Y Quinteros lo cerró por esa vía, para escuchar el «dale campeón» más fuerte que nunca, entre lágrimas de alegría por haber conseguido algo histórico. Regatas, un campeón con todas las letras.