El campo, como dicen desde el propio campo, es el principal motor de la economía argentina. Por tal motivo, de cara a los venideros comicios, los diferentes espacios políticos con intenciones serias de alzarse con el triunfo intentan acercarse, mostrarse amigables. Sin embargo, el sector, pese a alguna que otra rabieta, ya tiene su decisión tomada. Y en este caso, como en aquella recordada noche de la 125, el voto es no positivo.
 

«Que la historia me juzgue, pido perdón si me equivoco. Mi voto no es positivo, señalaba el Vicepresidente Julio Cobos, en contra de las intenciones del kirchnerismo, que pretendía hacer ley la Resolución 125 del Ministerio de Economía, que imponía retenciones móviles al sector agropecuario. Fue un antes y un después. Aunque pasaron más de 10 años, los K nunca volvieron a tener un buen vínculo con el campo. Al  menos, el bonaerense.
 

Hoy por hoy, con un contexto de crisis pero con una gran cosecha que ya genera buenos dividendos, las bases del sector, los titulares de las entidades de tierra adentro, no se andan con vueltas a la hora de reconocer que pese a los «mimos» del peronismo y alguna que otra buena propuesta de campaña, temen por el regreso al poder de Cristina Fernández de Kirchner. No callan nada. Critican a Cambiemos por el mal presente y la presión impositiva, pero le dan crédito. Cualquier cosa, menos los K.
 

“Sería muy bueno que el gobierno corrija las equivocaciones para así poder tener aspiraciones de triunfo. Hay que procurar que la sociedad no tenga que caer otra vez en alternativas que han sido nefastas”, manifiesta Martín Vivanco, titular de la Asociación Regional de Productores de Areco (San Antonio de Areco). Y resume: “Con este gobierno estamos como si hubiésemos caído en agua caliente. Pero si volvemos al kirchnerismo va a ser como caer en aceite hirviendo”.
 

“La mayoría del sector agropecuario apoya la continuidad de este gobierno, por más que algunas medidas hayan similares a la administración anterior, como el caso de las retenciones”, dice en el mismo sentido Mariano Meliante, de la Sociedad Rural de Las Flores, y destaca que “si vuelve el kirchnerismo significaría un retroceso muy grande. Nadie volvería a invertir más de lo necesario para cubrir la campaña venidera”, completa el chacarero.
 

Sin dudas, el campo le tiene miedo a los K, no hay con que darle. A esta altura parecen nulos los esfuerzos que llevan adelante intendentes, legisladores y dirigentes en general para dejar atrás lo ocurrido durante los gobiernos de Néstor y Cristina, aunque sea desde lo discursivo. Las bases del agro, a diferencia de lo políticamente correctos que suelen mostrarse los integrantes de la mesa de enlace, arremeten sin pelos en la lengua y hasta hacen las veces de “defensores” de la gestión Cambiemos.
 

“Llamativamente los que más cuestionan a este gobierno son los que estuvieron 12 años al frente y como sabemos el país retrocedió”, dice Juan Carlos Falappa, de la Sociedad Rural de Bragado, y remata con un ejemplo muy utilizado por los economistas del Pro. “Una familia no puede gastarse la plata en viajes en vez de hacer las remodelaciones necesarias a la casa. No puede ser así. Hoy estamos pagando un poco esas consecuencias”, completa, contundente.
 

En el mismo sentido, Pablo Mathet, el 1 de la Sociedad Rural de General Alvear, se puso la casaca macrista y resaltó que la reimplementación de las retenciones (Macri había prometido eliminarlas) “es algo coyuntural”. “Este gobierno echa mano a las retenciones porque no tiene caja, en algún momento las van a sacar; en cambio el kirchnerismo quiso manotear siempre y trató de sacarnos de manera indiscriminada”, atacó.
 

No hay caso. Aunque seguramente haya excepciones, el porcentaje es elevadísimo: el campo tiembla ante la posibilidad de que el kirchnerismo pegue la vuelta. Las sociedades rurales del interior miran de reojo las encuestas que muestran a CFK con serias chances de triunfo y castigan con dureza, sin tapujos. Y de paso bancan a Cambiemos, a pesar de la floja performance.
 

“Este gobierno tiene crédito, sobre todo porque se nos viene a la cabeza cómo la pasamos con el kirchnerismo. No sólo había retenciones, que eran muchísimo más altas que ahora, sino además no ser podía exportar carne. Lo mismo sucedía con los cereales, con la oleaginosa”, reflexiona Eugenio Simonetti, de la Rural de Tres Arroyos: Y remata: “Hubo un gran cambio, sobre todo en las maneras de tratar al productor. Sin dudas, a pesar que las cosas no estén saliendo, es preferible esto a que vuelva Cristina”, sentenció.