Esta vez sin su hermano,  #MarcosPatronelli correrá solo su 6º rally. Dice que la preparación le costó mucho más y que casi se baja, pero va por su tercer título. ¿Y se retira?

Dice que ahora se cansa más. Que a los 33 ya no tiene la misma facilidad que antes, cuando hace seis años corrió su Dakar bautismo, acá en la Argentina, en la primera edición sudamericana del rally más exigente del mundo. Pero con dos títulos en cuatriciclos en el lomo y en vísperas de otro desafío, Marcos Patronelli sigue siendo el de siempre. Ese a quien los nervios le surcan las venas cada vez que se acerca la largada. El mismo que, jura, termina tan cansado tras cada edición que todos los años repite que no se volverá a subir a un cuatri. Pero acá está, otra vez…

-¿Cómo llegás? -Muy bien. Es una carrera apasionante que todos los años digo que no voy a correr más, pero cuatro o cinco meses antes me agarra ese no sé qué y vuelvo. Y es duro prepararlo, pero una vez que te mentalizás y lo hacés, es un orgullo.

-¿Cuánto tiempo antes empezás a entrenarte? ¿Qué hacés? -Largo tres meses antes y llego bien, ya me conozco. Y después sumo kilómetros. Hace poco corrí 500 y también ando en bici, troto… No paro, castigo el cuerpo como te castiga el Dakar. El entrenamiento es duro, tengo más riesgo de pegármela yendo a fondo por caminos rurales que en la carrera.

-¿Qué te llevó a pensar en no correrlo más: el riesgo, el cansancio…? -El riesgo es el factor número uno. Cuando terminás, pensás que venciste diez días de carrera, que te pasaron muchas cosas, y quedás muy cansado. Pero después te vuelven las ganas. Cuando me accidenté en el 2010 preparando aquella edición no me maté porque Dios es grande: me fui en una banquina a 140 km/h y terminé dando vueltas… En ese momento dije nunca más, pero a los diez días quería volver ( NdR: y estuvo, aunque abandonó en la cuarta etapa) -¿Te complica la edad? -Creo que la edad ideal para un Dakar es de los 23 hasta los 30. Y a mí sí, cada vez me cuesta más, el cuerpo se pone viejo. Pero tengo bien marcado el entrenamiento y sé hasta dónde me tengo que exigir. Antes estaba más rápido, me costaba menos.

-¿No se te cruzó correr en auto? -Por ahí algún día… Toda mi familia me pide eso porque sufre. Al ir en moto o cuatri la seguridad es complicada, estás expuesto, pero me gusta, lo llevo en la sangre. Aunque seguramente si sigo va a ser muy difícil que esté arriba de un cuatri.

-¿Por qué? -Este año me costó un montón, estuve a punto de no correr, pero me siento mal moralmente si dejo. Uno nunca quiere dejar…

-¿Qué fue lo que te más te costó? -Y, cuesta… Son muchos más de 20 años en esto y el cuatri es mi descarga, ahí arriba soy el hombre más feliz del mundo. Pero cuando no corrés, ¿qué hacés? ¿Me voy de vacaciones al mejor lugar del mundo? A mí me gusta esto que hice toda mi vida, más teniendo la suerte de haber ganado… Y eso que me estoy arriesgando a correr y perder, porque cuando no gané yo, ganó mi hermano Alejandro, y todos los pilotos nos vienen a correr. “¿Cómo hacemos para ganarle a Marcos?”, se preguntan. Y la presión, por suerte, la manejo tranqui. Pero dejar, tomar esa decisión, es complicado.