Fue liberado Alejandro Duret. Había sido condenado por su participación necesaria en la desaparición y tormentos a Carlos Alberto Labolita, un joven de Las Flores. Inexplicablemente se aplicó la derogada ley del 2 x 1. Fue captado por un fotógrafo marplatense a quien provocó con el clásico gesto de «fuck you».

Su sonrisa sigue intacta. Con sus 63 años, es probablemente uno de los represores más jóvenes que fueron condenados por delitos de lesa humanidad. Ya sin aquellos espesos bigotes que lo caracterizaban y con los cabellos rubios más ralos y canos que antes, esta semana fue liberado con la extraña aplicación de la ya derogada ley del 2 x 1. Es Alejandro Guillermo «El Porra» Duret. Aquel militar que siguió ascendiendo durante los años de la democracia y que, durante el breve gobierno de Fernando de la Rúa, llegó al grado de teniente coronel.

Desde Las Flores, Gladis D’Alessandro, la compañera de Carlos Alberto Labolita, todavía está conmocionada por la noticia. El próximo 25 de abril se cumplirán cuatro décadas desde aquella noche en que lo secuestraron. Apenas lo regresaron por algunas horas el 30 de abril para luego engullirlo definitivamente. Horas durante las cuales ella misma fue llevada: «A mí me tienen unas horas arriba de unos autos con que hicieron dos allanamientos, en lugares que Carlos indicó sabiendo que los que vivían ahí estaban en Europa. Me largaron como a las cinco y pico. A él no lo volví a ver». Antes, los secuestradores le dijeron: «Esta es la última vez que lo ves, así que miralo bien».

Con la fecha del último jueves 7 de abril, los jueces Alejandro Esmoris y Nelson Jarazo votaron por la liberación de Duret con el voto minoritario en contra del juez Carlos Rozanski. Y la noticia hubiera demorado mucho más en saltar a la luz si Duret no se hubiera presentado -como marca la ley- a firmar la notificación de su libertad el martes pasado. Justo el mismo día en el que, en ese lugar, se sucedía una de las audiencias del juicio por los delitos cometidos desde la CNU (Concentración Nacional Universitaria).

A un costado del ingreso al Tribunal un par de cronistas -uno de ellos, el fotógrafo Marcelo Núñez- esperaba a que iniciara la audiencia. El reportero gráfico vio ingresar a un hombre de camisa rosa a rayas y un chaleco azul encima junto a su esposa y lo reconoció. «No lo podíamos creer. Duret estaba libre», contó a este diario. Ya dentro del tribunal comenzó a captar imágenes del represor, que se acercó a él para gritarle «¿qué sacás fotos, idiota?». Y en una de esas fotografías (la que ilustra esta nota) Duret sonrió y con su mano derecha lanzó una provocación con el clásico gesto de «fuck you».

Poco después, Alejandro Duret firmó la notificación y dejó el lugar, junto a su esposa, para continuar su vida en libertad.

Indignación

Gladis D’Alessandro, en Las Flores, continuaba su vida cotidiana ajena a esa novedad que la afecta de lleno. De hecho, fue el mismo fotógrafo Marcelo Núñez quien se encargó de hacerle saber lo que acababa de ocurrir. No había sido notificada oficialmente.

«El golpe fue duro», dijo la mujer a EL POPULAR. «Era algo que esperaba desde el 10 de diciembre. Y creo que vamos a seguir teniendo noticias similares. La impunidad con la que se mueven y el peligro que implica tener a estos tipos sueltos es indignante. Y Duret siempre tuvo ese mismo gesto. Lamentablemente, la gran mayoría de los jueces son cómplices. Y no es de extrañarse en el contexto de este nuevo gobierno», agregó.

El matrimonio Labolita – D’Alessandro había compartido vivienda y sueños con Cristina Fernández y Néstor Kirchner hasta poco antes del regreso de ambos a vivir a Las Flores.

Duret tiene hoy la misma edad que tendría Carlos Alberto Labolita, que hubiera cumplido 64 años en el mes de enero pasado. «Tantas películas me pasaron por la cabeza… yo la vengo peleando desde el 85. Desde la primera instrucción de la causa cuando ya los dos (el teniente coronel Pedro Pablo Mansilla, jefe máximo del Grupo de Artillería Blindada 1 «Coronel Chilavert» y Duret) se habían declarado culpables; las leyes de Obediencia Debida y Punto Final; la impunidad de los gobiernos siguientes, el ascenso en democracia. Después, la instrucción de la causa durante cuatro años en Azul, la búsqueda de testigos, el juicio absolutorio de 2009 hasta que la Cámara lo revocó y lo condenó a 15 años de cárcel… y ahora esto. Me tienen a mazazo limpio todo el tiempo. Y Duret siempre fue un provocador. Cuando (el juez Juan José) Comparato lo procesó en Azul se fue vestido de militar. Y eso fue una clara provocación hacia mí porque me conoce ya que fue él quien me levantó aquella noche de abril del 76″.

En el fallo del jueves de la semana pasada, el juez Rozanski cuestionó que «no se han requerido informes de reincidencia» ni se dejó «constancia de si Duret cuenta con procesos pendientes o detenciones en otras causas». Pero además, queda registrado a las claras que existe peligro de fuga por la sencilla razón de que «Duret ha intentado evadirse del país» cuando la Cámara Federal de Casación Penal revocó la absolución que había recibido en 2009. Por lo tanto, Rozanski plantea que «es dable presumir que en caso de obtener su libertad podría intentar eludir nuevamente el accionar de la justicia».

El otro gran tema es que el dos por uno (artículo 7 de la Ley 24.390) no estaba vigente cuando ocurrieron los delitos de lesa humanidad por los que Duret fue condenado ni tampoco en el momento en que se inició el proceso o cuando se lo detuvo. Porque no se puede olvidar que tras la vejación y crimen de la pequeña Yenifer Falcón, en Olavarría, se derogó parcialmente esa ley que -tal como plantea Rozanski- deja «sin efecto la prescripción de contar dos días por cada jornada de prisión preventiva, luego de los dos años de la cautelar».

El 5 de marzo de 2016 los abogados Gerardo Ibáñez y María Laura Olea (los mismos que defendieron en el juicio por Monte Peloni a Walter «El Vikingo» Grosse) plantearon al tribunal la aplicación del dos por uno. Consideraron que el represor estuvo detenido 3 años y 7 meses en una primera etapa y 4 años y 5 meses en la segunda. La suma da exactamente 8 años por lo que reclamaron la aplicación del dos por uno. A pesar de la derogación, de la gravedad del delito que lastima a la condición humana (de ahí la definición «lesa humanidad») y de que no estuviera vigente en ninguno de los tramos clave de la historia.

«Creo que alguien como Duret es capaz de cualquier cosa y es alguien con poder. Es muy duro todo esto para mí. Tengo una tristeza enorme. Pero siempre digo que no me van a tirar del todo. Siempre voy a tratar de seguir adelante», definió Gladis D’Alessandro.

«Desde el 76 para acá, nosotros teníamos muy en claro quiénes eran los responsables del asesinato de Carlos. Y descubrimos quién era ese tipo que andaba acá en Las Flores a quien al inicio no identificábamos con el nombre. Hace 40 años que sabemos que es el asesino y se da el lujo de hacer el gesto que hace en la foto que le sacó Marcelo… Desde 2009 a 2011 estuve casi dos años sin ir a Buenos Aires porque él estaba suelto. Tenía terror de cruzármelo. Y ahora, nuevamente. No sé cuál es la reacción que puede tener un tipo como él. Es duro. Yo andaba más tranquila en todo este tiempo, sabiendo que él estaba en la cárcel», relató la mujer con la voz quebrada. Y con la imagen de la sonrisa imperturbable de ese hombre que le marcó la vida. Que le estragó su historia de amor, aquella que selló junto a Carlos cuando él con 20 años y ella con 24 decidieron casarse.

Por: Claudia Rafael – [email protected]