El incesante reclamo por la autopista en Ruta 3

La Ruta Nacional N°3, una de las arterias más importantes de la provincia de Buenos Aires, vuelve a estar en el centro del debate público tras el trágico choque frontal entre un camión y un micro ocurrido semanas atrás en el kilómetro 132, en jurisdicción de San Miguel del Monte. El siniestro dejó un saldo fatal de cuatro personas fallecidas y varios heridos, y una pregunta que retumba con fuerza en cada localidad que atraviesa esta ruta: ¿cuántas vidas más se necesitan perder para que la autopista sea una realidad?

Vecinos autoconvocados, familiares de víctimas, autoridades locales y organizaciones sociales llevan años exigiendo la conversión de la Ruta 3 en autopista, para evitar precisamente este tipo de tragedias que, lamentablemente, se repiten con frecuencia. El reclamo no es nuevo, pero el abandono del proyecto de infraestructura que había iniciado en 2023 volvió a encender las alarmas y la indignación en muchas ciudades del interior bonaerense.

303 accidentes, 550 heridos, 196 muertes

Desde Azul, uno de los puntos neurálgicos del reclamo ciudadano, los integrantes del grupo de vecinos autoconvocados —Sonia Sasale, Mario Ibarra y Fernando Sottile— vienen visibilizando el pedido a través de distintas acciones y registros. En diálogo con Página/12, señalaron que entre 2006 y 2021 contabilizaron en ese tramo 303 accidentes, 550 heridos y 196 fallecidos.

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“La principal causa de muerte en la Ruta 3 son los choques frontales. Y eso se podría evitar con una autopista. Es urgente. No es solo una obra, es salvar vidas”, aseguraron los referentes vecinales, quienes incluso colocaron un gran cartel a la vera de la ruta que muestra esas cifras como un grito de advertencia para quienes circulan a diario por allí.

Una traza abandonada y sin mantenimiento

Según denuncian, el estado actual de la ruta entre Azul y Las Flores es crítico. “Hay pozos, huellones, banquinas descalzadas y bordes peligrosos que no solo deterioran los vehículos, sino que aumentan el riesgo de accidentes graves, especialmente en la mano hacia Capital Federal, muy transitada por camiones de gran porte”, relataron.

La situación se agrava con el paso del tiempo: no hay mantenimiento constante, y el tránsito pesado, sumado a las condiciones climáticas, profundiza el desgaste. “El estado de la ruta ha empeorado mucho en el último año. No vemos obras, ni controles, ni mejoras”, afirmaron desde Azul.

Una promesa que se diluye

En febrero de este año, Vialidad Nacional informó que estaban avanzando las obras para convertir en autopista el tramo entre Monte y Gorchs, que abarca 26 kilómetros. Sin embargo, desde entonces no se registraron nuevos avances ni actualizaciones oficiales sobre el resto del proyecto.

Peor aún, se supo que la Ruta 3 está incluida dentro del paquete de rutas nacionales que el Gobierno nacional busca concesionar, lo que ha generado preocupación entre vecinos y autoridades, ya que no hay certezas sobre si la transformación en autopista continuará, se demorará o quedará en suspenso indefinido.

El pedido que une pueblos

Desde Azul, Las Flores, Monte, Cañuelas y muchas otras ciudades que conviven a la vera de la Ruta 3, el reclamo es colectivo y transversal. No importa el color político ni la distancia: el denominador común es el miedo y la impotencia frente a una ruta que cada tanto se cobra nuevas víctimas.

Mientras tanto, la demora estatal, la ausencia de mantenimiento y la falta de decisión política siguen dejando una estela de tragedias. Y con cada nuevo siniestro vial, se renueva el dolor de quienes hace años vienen reclamando lo mismo: una autopista que no solo conecte, sino que proteja la vida de quienes circulan.